LA BIBLIA SEGÚN UN TIPO QUE PASABA POR AHÍ
LA FRUTA PROHIBIDA
Pues resulta que Dios lo había visto todo y bajó con una mala hostia que
flipas, en plan que si para esto creo yo el mundo, te voy a meter en
el saco de la extinción y no sé qué
rollos más, y ve al pavo de Adán a lo lejos y le dice a ver, gilipollas, así,
como enfatizando cada sílaba, gi-li-po-llas, ¿no te dije que me dejaras el
huerto en paz? ¿por qué no te has ido a pescar
por ahí?, y Adán con cara de no creerse el enfado del viejo por una jodida
manzana. El caso es que al Tio se le hinchan las santas esferas inguinales y le suelta que a partir de ya se va a tener que
ganar el pan con el sudor de su frente, y Adán, que está repelando la manzana y
escupiendo las semillas con desgana, se le queda mirando con cara de atontado y
le suelta ¿y con el de mi culo?. O sea: what?
Dios estaba ya de una mala hostia que flipas pero el Tío hace gala de
talante, se calma y le dice alma de cántaro, qué me estás contando, y Adán, que
a estas alturas ya ostenta el título de gilipollas de la semana, le mira y
suelta que es que se le acumula mucho sudor entre las nalgas y que, puestos a
pagar las cosas con sudor, que le diga a cómo está el litro de caldete
perianal, a ver si puede sacar lo suficiente para llenar el pan con algo de
chorizo, salami o lo que cojones tenga el charcutero ese día en el mercado.
Dios, os lo digo en serio, Dios estaba que no se lo creía, y le dice pero a
ver subnormal, y ojo, que siendo Adán el único pavo en el mundo, que le digan
que está por debajo de lo normal, siendo él mismo la norma, es cosa fina. En
fin, que le dice pero a ver subnormal, te das cuenta de que te estoy echando
del Puto Paraíso, y Adán con la boca medio abierta, a un pedo de cagarse encima
pero no de miedo sino de idiota, se pone a hablarle de los índices bursátiles
del sudor, del cambio de moneda y de pollas en vinagre, y Dios, que se saca la
paciencia de no sé dónde, se queda quieto mirando fijamente a Adán a sus ojos
llenos de humo, esperando ver algún
amago de inteligencia en su creación, y justo cuando parecía haberse decidido a
sacarle las costillas que le quedaban a patadas, le sale el instinto de protección y va y le dice que a tres
euros el litro.
O sea, imagináoslo, Dios sin paciencia, vencido por el mediamierda de
Adán, que todavía va y se le queda mirando con cara de lerdo como queriendo
juntar dos neuronas. Y ahí Dios sabe que pasa algo, porque no es normal que el
tonto del culo de Adán se piense las cosas demasiado, o sea, ha cogido la
jodida única fruta que no tenía que coger, y le dice Dios de buenas qué pasa
ahora, Adán, y Adán le mira, y hace amago de no contestar pero dice por lo
bajini, cágate lorito, dice por lo bajini que la serpiente paga cinco. Para
mear y no echar gota. Le está regateando. A Él.
Pues, como no podía ser de otra manera, Dios se calza las botas de patear
imbéciles, que se las encargó a un zapatero hace tiempo temiendo que este día
llegara, y le saca brillo a la punta que ya brilla más que un sable mientras Adán pregunta
indicaciones para salir del Paraíso, y le dice ven, ven que te las doy, y
cuando ya está la bota a punto de clavársele a Adán en el recto, aparecen las
cámaras de televisión y varios mequetrefes gritando inocente inocente, y Dios
con cara de situación, sujetando todavía al mentecato de Adán, que le da un
ramo de flores y le dice que era una cámara oculta, y la gente desde su casa
puede leer en la cara de Dios claramente lo que está pensando: por qué cojones
tuve yo que hacer el universo.
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